Entre círculos, desarrollar el cuerpo y la imaginación

Este Paisaje de Aprendizaje fue diseñado para niños y niñas de 6 a 8 años, con el fin de fortalecer el sentido de comunidad y pertenencia y, a la vez, promover la actividad física a través del contacto con la naturaleza. Con este fin, se retiró todo el pavimento existente y el espacio se organizó en base a una serie de estructuras circulares de diversos tamaños, profundidades y alturas, que fomentaron el uso del espacio para jugar bajo tierra, sentarse y comenzar una sesión de aula abierta. Además, se construyó un muro de pizarrón al exterior, para que los estudiantes puedan dibujar, escribir y así estimular su imaginación y creatividad. 

Para marcar el paso de las estaciones en el patio, se plantaron diferentes árboles de bajo consumo hídrico, que aportan color a la escuela, lo que es fundamental en este contexto carente de áreas verdes. Se plantaron 18 especies, entre ellas quillayes, quercus, pimientos y ginkgos, además de pequeños jardines. Por su parte, se pusieron semillas de pasto entre los ladrillos, las que germinan en  invierno a consecuencia de la humedad, sumando el color verde al pavimento durante este periodo del año. 

“Tenemos una manada de leones que encontró la selva ahí (en referencia al juego que los niños y niñas desarrollan en la nueva vegetación del patio escolar), entonces entregarle la posibilidad de este espacio a niños que no tienen acceso a áreas verdes es un tremendo aporte”, Karina Ravanal, directora.