Queremos que el patio represente la historia que cada niño trae consigo. En este proyecto valoramos la cultura campesina que los niños tienen en su historia y que hoy están perdiendo por el rápido crecimiento de la ciudad. Es por eso que decidimos trabajar con materiales propios del campo y plantar un huerto de almendros, para el disfrute de la naturaleza. Las estructuras de juego las diseñamos para promover los valores de Ayelén: la fraternidad, la pasión, la excelencia y la alegría. Buscamos que aprendan lecciones a través de la experiencia, como el cuidado de sí mismo y de sus compañeros, la alegría y la resiliencia.
El proyecto considere, los elementos y la materialidad del patio central, trabajados a otra escala: pequeñas lomas de ladrillo; un juego de desafío con barras de fierro; un lugar de encuentro en torno a una mesa que puede usarse para hacer clases en el patio y también para jugar libremente; en tanto que el contacto con la naturaleza y el aprendizaje sobre los procesos de las plantas se desarrolla en el parrón, con los árboles y el huerto de hortalizas y plantas medicinales.
Con este patio querernos traer de vuelta la historia que vincula a cada familia con el campo.
Ubicación: Rancagua, Chile
Superficie:1400 m2
Beneficiarios: 1000
Mandante: Impulsa
Año: 2018
Coordinador: Monserrat Castro
Arquitecto: Álvaro Benítez
Desarrollo de contenido: Ángela Ibáñez
Educación: Marcial Huneeus