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La influencia del riesgo en la calidad del juego de los niños

Por: Marcial Huneeus

En la Conferencia Schoolyard Diverstity, Berlín 2017, organizada por la International School Grounds Alliance (ISGA), se presentaron diversas ponencias donde se expuso la forma en que se está trabajando para propiciar el movimiento de los niños y los beneficios del riesgo en el desarrollo del cuerpo y la autonomía. Julian Richter expuso sobre The Influence of risks on the quality of children’s play. Desde los años ’70, Julian trabaja con el compromiso de posibilitar una diversidad de juegos para los niños, elaborando los estándares de seguridad para los playgrounds de Alemania y Europa.

Richter comenzó su conferencia haciendo una distinción entre el riesgo y el peligro. Señala que el riesgo lo podemos medir y el peligro no. Entre más riesgos tomen los niños jugando, mejor se preparan para la vida adulta. Si pensamos que el riesgo y el peligro son lo mismo, creamos una sociedad sobreprotegida. Los niños necesitan entender el riesgo y ser capaces de evaluar qué pueden hacer y de qué forma.

Para Richter es muy importante proveer espacios que estimulen el riesgo según las edades de los niños y no subestimarlos. Cuando hay riesgo hay desafío, de esta forma el juego es entretenido y genera aprendizajes. El Estándar de seguridad tiene que descubrir de qué son capaces los niños, si no se puede terminar restringiendo su desarrollo. Además, si los sobreprotegemos tienen menos instancias de socialización y de aprender del intercambio con otros. El juego siempre está conectado con el aprendizaje.

Richter señala que estos procesos de aprendizaje son también para los padres, que tienen la labor de permitir que los niños adquieran su autonomía. Para ello también es importante darles tareas cotidianas que estimulen su independencia, como ir solos a comprar o al colegio, lavar el auto y tener labores en el orden de la casa. La independencia se enseña desde temprana edad, si las decisiones no son tomadas por ti se limitan tus actos y no se disfrutan.

Luego se refirió al momento que vivimos como sociedad, donde las distintas actividades son cada vez más especializadas. La funcionalidad es más valorada que la emocionalidad y esto es un problema para los niños. Los niños necesitan a los adultos, necesitan que les den espacio, les permitan explorar y desarrollarse socioemocionalmente. No se trata solo del juego, sino también de la calidad de vida. No es solo por el niño, sino por la sociedad y la humanidad que estamos creando.

El juego es algo que se debe hacer a lo largo de la vida, pero de manera distinta. El adulto debe llevar a sus quehaceres la alegría y la autonomía del juego. Por eso es tan importante la confianza en sí mismos. Tenemos que dejar que los niños experimenten el riesgo que ellos pueden entender. Sentir un dolor te enseña la necesidad de estar seguro y de tomar precauciones a futuro. Los lugares donde los niños se sienten cómodos son seguros. Si están tranquilos se reduce la agresividad y aprenden a convivir con los otros niños. Hoy uno de los problemas más grandes del mundo es que los países no se respetan entre sí. Cuando los niños se respetan nadie está en riesgo. Aprender de estas experiencias es clave para desenvolverse en el mundo y para nuestra sociedad.