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7 Acciones que promueve un patio de aprendizaje

Por: Marcial Huneeus

El patio escolar puede promover que los niños realicen diversos tipos de juegos e interacciones sociales, en contacto con la naturaleza. Estas interacciones contribuyen al desarrollo de sus capacidades físicas, socioemocionales y cognitivas. A continuación, destacamos 7 de las acciones fundamentales que hemos identificado que ocurren en un paisaje de aprendizaje.

Movimiento: El espacio y la naturaleza promueven juegos de movimiento y exploración, invitando a los niños a saltar, trepar, esconderse, subir, bajar y resbalarse. A través del placer del movimiento los niños desarrollan el equilibrio, la musculatura, la motricidad gruesa, la coordinación y diversas destrezas físicas. Los juegos topográficos, desniveles, pirámides, barras, plataformas de diferentes alturas y muros de escalada promueven que los niños y niñas realicen acrobacias, saltos y piruetas. El espacio propone desafíos, que los hacen ponerse a prueba y autorregularse, para irse superando y adquiriendo autonomía y seguridad en sí mismos.

Juegos de roles: los niños pequeños buscan rincones protegidos en el patio donde jugar con otros empleando su imaginación. En una plataforma de madera, sentados en el mulch o escondidos entre las plantas, los niños y niñas pasan a ser otras personas, así mismo los objetos adquieren otros significados que responden a las necesidades del juego. A través de los juegos de roles los niños espejean el mundo que los rodea, recrean el imaginario de los cuentos y otros referentes. Algunos ejemplos de juegos de roles son: a cocinar, al papá y la mamá, al doctor, a los piratas, al supermercado, a las muñecas, al policía, a la profesora, etc. Estos juegos son sumamente importantes en la adquisición de habilidades sociales, la capacidad de empatizar con el otro y de formar amistades

Activación los sentidos: La materialidad del espacio entrega nuevas experiencias sensoriales, mediante el contacto con la tierra, los árboles, las plantas o la madera. Los niños descubren el aroma de las plantas y tienen nuevas experiencias visuales a través de la transformación estética del lugar. Las estaciones del año comienzan a vivenciarse en el espacio. Los juegos musicales también entregan nuevas interacciones y formas de relacionarse al aire libre. Todo esto abre la imaginación de los niños y crea el espacio para que inventen juegos de exploración en torno a estos elementos.

Juegos de construcción: Los niños están ávidos de experimentar y manipular objetos de distintas materialidades y formas, pudiendo lograr estructuras muy elaboradas. La naturaleza es el escenario ideal para construir nuevos espacios. A partir de pequeños objetos construyen un todo, al tiempo que desarrollan la capacidad de concentración, la motricidad fina y aprenden a compartir colaborativamente. El juego de la construcción es un juego arraigado en el presente, que constantemente se vuelve a empezar, con el desafío de lograr una torre más alta, una ciudad, una casa o una construcción más elaborada que la anterior. Cuando los niños van creciendo, este tipo de juegos toma forma en las manualidades (carpintería, tejido, etc.).

Reglas: Junto a los juegos de movimiento se agrega la variante donde los niños aprenden juegos con reglas concretas. Se requiere un mayor grado de abstracción y un acuerdo grupal donde todos deciden cumplirlas. A través de estas actividades se desarrolla el juego social, se forman amistades y se aprende a colaborar con otros. Hay muchos juegos de este tipo, que se vuelven más desafiantes con un patio vivo, como la pinta, el cahipún alemán, la escondida, el pillarse, entre otros, dado que hay más lugares para esconderse, saltar y armar recorridos.

Coordinación: Al tener mayores capacidades y experiencias, los niños se embarcan en juegos que requieren de mayores destrezas físicas. Comienzan jugando a saltar la cuerda, el luche o al elástico, también las niñas suelen jugar en parejas o tríos a secuencias de manos donde cada vez se aplaude más rápido y de forma más elaborada al ritmo de alguna canción. Luego aparecen los diversos juegos de malabarismo, de equilibrio y saltos. En el patio vivo, el espacio se distribuye quedando un lugar para cada tipo juego e intereses de los niños. La coordinación y la destreza física se adquieren a través de la perseverancia de los niños y las posibilidades que brinda el espacio.

Contención: El patio provee de rincones donde los niños pueden reunirse, refugiarse y compartir con sus pares de forma más íntima y contenida. Aquí se puede conversar, contar cuentos e historias, y dar espacio para aquellos niños que quieren recrearse a través de la imaginación y la representación mental. Los elementos a usar pueden ser bancas, una pequeña plataforma donde sentarse o un túnel. De esta manera, comienzan a socializar desde otro lugar y se construye una intimidad. También son lugares propicios para hacer trabajos en grupo, leer o utilizar juegos de mesa.